con la cabeza bien alta
pero sin dejar de mirar
a la tierra madre donde nací.
de las piedras con las que tropecé
cogen fuerzas de mi corazón cansado
cansado de confiarse y amar.
Mi alma se alimenta de la luz de un nuevo día
lleno mi mochila de besos y abrazos
de sonrisas y tiernas miradas
para luchar contra mis gigantes.
Conduzco con desidia hacia ningún lugar
donde la empatía es un defecto a anular
donde el ogro y la bruja de Blancanieves
son dueños del Palacio del Revés.
Y me digo a mi misma
todo merece la pena
para que estas luces sigan encendidas
y consigan brillar.
Yo puedo,siempre he podido
la vida me enseño
que cuando crees que no puedes más
el corazón empuja a tus pies y otro paso das.
AMOR Y SALUD