El silencio puede llegar a ser muy dañino,creo,que mucho más que,una palabra hiriente.Prefiero lamentarme por algo que dije y si me equivoco rectificar que,callarme lo que pienso y crear muros donde no los hay.Hay un refrán(sabiduría popular)que dice algo así como:"Somos dueños de nuestros pensamientos y esclavos de nuestras palabras",cierto,pero no en su totalidad como mucha de la cultura del pueblo. Analicémosle:"Somos dueños de nuestros pensamientos..." y,si estamos equivocados y nuestros pensamientos no se ajustan a la realidad.Cuantas veces hemos forjado una opinión de algo o de alguien que si en algún momento lo hubiésemos compartido nos habrían hecho ver nuestro error..."Si me lo hubiese dicho" y cuantas veces hemos afirmado algo que no tenía fundamento y solo al oírlo pronunciar, nos dábamos cuanta de que no estábamos en lo cierto.Y con la segunda parte de la frase pasa otro tanto de lo mismo:"...esclavos de nuestras palabras."¿Esclavos de qué? las palabras no son de nadie,son palomas libres que a veces utilizamos para mandar un mensaje,si a caso son tan juguetonas que se dejan poseer un rato para luego volar a su destino.Nunca han sido nuestras,ni de nadie.Son humo de un cigarro,que a la vez producen una satisfacción personal y un perjuicio a nuestra salud.
El silencio es un abuelo con audífonos,un árbol en medio de un prado,una montaña empinada,un barco a la deriva,el pan de ayer y el hambre de mañana,tu amigo más fiel y el enemigo más despiadado,puede ser tantas cosas o la nada más absoluta...¿Te la quieres jugar?
Me niego a confiar mi vida a un silencio que no sabe ni lo que soy,ni lo que quiero ser,prefiero ofrecer una equivocación y tener la suerte de poder herrar y rectificarme.
El silencio solo para cuando estés cerca y tus labios,tu piel y tus ojos sean los que me quieran hablar...
AMOR Y SALUD
Tiene usted una magnífica prosa, si señora.
ResponderEliminarMil abrazos.
Gracias Clochard,me lees con buenos ojos...Mil abrazos!!
EliminarPues yo cada vez quiero más silencio. Estoy harto de gritos y ruidos.
ResponderEliminarCreo que somos esclavos de las palabras que no debimos decir. Ésas pesan sobre nuestra conciencia.
Claro que también hay silencios y silencios. El silencio cómplice es una conversación. El silencio cuando no se tiene nada que decir, es molesto.
Salu2, Amoristad, con algo de música, jejeje.
Ese silencio buscado es muy gratificante y las palabras que pesan,las tiramos por la borda que seguramente que no las quisimos decir `por eso nos duelen,por buenas personas.
ResponderEliminarSilencio y buena música muy buena combinación...Un abrazo chusss!!